Esopo, de personaje real a personaje literario ¿o tal vez de personaje mitológico a literario? En fin, que lo mismo nos da, el caso es leerse esta divertida biografía -apócrifa, por supuesto- y con todos los elementos de nuestra novela picaresca: una serie de episodios en los que Esopo, el criado despabilado, se dedica a dejar en evidencia a su amo, el reputado filósofo Janto, que acaba siempre en refutado.
Además, muchas de las situaciones cómicas están basadas (como no podía ser de otra manera entre griegos, tan amantes del diálogo y de hablar con exactitud) en llevar al absurdo las convenciones del idioma recordando así continuamente a los follones en que se mete la pobre Alicia en el país de las maravillas, esa niña con el grave problema de tomarse absolutamente todo al pie de la letra y -haciendo honor a su nombre- decir siempre τὴν ἀλήθειαν. Un divertido ejemplo lo tenemos en la escena en que se conocen los dos protagonistas:
JANTO: ¡Hola! (χαῖρε, literalmente ¡alégrate!)
ESOPO: ¿Tengo pinta de estar triste?
JANTO: ¿De dónde eres? (ποδαπός, literalmente ¿de qué clase? ¿de qué?)
ESOPO: De carne y hueso.
JANTO: No digo eso, sino dónde naciste.(ἐγεννήθης. literalmente tomaste el ser)
ESOPO: En la matriz de mi madre.
JANTO: No te pregunto eso, sino en qué lugar naciste.
ESOPO: Eso no me lo dijo mi madre, si en el dormitorio o en el comedor.
...
En otra ocasión invita a cenar Janto a unos amigos y le ordena hacer un cocido de lentejas (φακός, literalmente lenteja). Por supuesto, Esopo cuece una sola lenteja … En fin, ¿compraríais vosotros semejante esclavo? Pues Janto lo hace ¡y no tiene tiempo para aburrirse!
Y, dado que Esopo se convierte así en el típico héroe griego fecundo en ardides, el cuento asume jocosamente una estructura mitológica, con sus teofanías, sus pruebas a superar (las trampas que continuamente le pone Janto ἵνα μαστιγώσῃ αὐτόν) y un épico final que... no os voy a contar ¡Tendréis que leerlo vosotros! :)
γειά!!!
Vidadeesopo
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